viernes, 5 de octubre de 2007

Detrás del mostrador

Indiferente blog, abierto a las críticas impulsivas del consiente cibernético, interneto e impersonal. Aunque los chamacos del Hi5 se digan especiales, son pixeles más o pixeles menos en algún monitor del orbe, impersonales como el anonimato del la Red. P2p para mí, películas y música gratis a madres, eso es la conexión al mundo... a veces también un desahogo. Cual será la temática de este mi blog detrás del mostrador. Pues nada, más que un espacio de ensayo escrito de la vida. Fumado y estrambótico como la misma vida en México, hermoso país de bellos paisajes descuidados por la administración gubernamental, de su gente tan llena de corrupción y resentimiento en sus corazones, del sueño de llegar a crecer como nación y por poquito, ya merito, llegar. También somos alegres y serviciales, nuestro educación nos formó así; sirve a la revolución; sirve a la patria; sirve al capital extranjero; sírveme a mí, tu gobernante corrupto y avaricioso. Y después nos sueltan un discurso de la apertura al capital extranjero para vivir mejor, tener mejores empleos y más dinero, claro, como empleados del poder capitalista de otros países, ¿acaso no están locos o son sadicamente malévolos los gobernantes de este hermoso país? Que no es así por elección si no por consecuencia de las circunstancias históricas. La conquista pesa y pesa mucho, es un mal genético del que todos se quieren librar que se esparce en las generaciones, latente, silencioso. En los momentos decisivos sale como pus de barro exprimido, disparado y hacía ningún lado, es el gen de la sumisión y la derrota. Pero bueno... más o menos así inicia este blog. Para los nacionalistas empedernidos, yo también amo México, amo su gente (si no me amara ya me habría suicidado), amo esta hermosa tierra que me ata sentimentalmente hasta hacerme chillar de dolor. No sólo desgracia ronda en nuestro México, también hay infinidad de cosas destacables... pero lo que esta bien para qué elevarlo más. Mejor ver lo malo, aceptarlo y tratar de resolverlo, que vaya que es un chingo. Y con este balazo de filosofía barata me despido, a ver si me la compran, aquí los espero para atenderlos, detrás del mostrador.

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